Martes 22 de agosto de 2017
Pese a que en la noche dejamos
todo ordenado para el viaje, igual nos atrasamos y salimos corriendo al metro.
Llevamos solo una mochila cada uno con ropa suficiente para 2 días, dejando las
maletas y compras en el depa. El metro (Hammersmith & City; City Line) se fue
particularmente lento, y salimos corriendo de la estación de metro Euston
Square hacia la estación de trenes Euston, que está a 2 cuadras. Llegamos a la
estación de trenes, miramos las pantallas, y volamos a nuestro andén. Sin
mentir, puedo decir que fuimos los últimos en subirnos al
Virgin Train que nos llevaría a Liverpool, la cuna de The Beatles.
El viaje en tren es relajado y
tranquilo. El paisaje es muy bonito. Harto verde, como en el sur de Chile. Y se
pueden ver vacas y otro ganado en las praderas. El tren es bastante cómodo y
asistentes del tren pasan con el típico carrito ofreciendo cosas para comer y
beber. Nosotros habíamos traído barras de cereal, así que no fue problema la
comida.
Luego de 2 horas de viaje el
tren se aproxima a Liverpool. Consecuentemente, en mi mp3 comienzo a buscar las
2 canciones que debo escuchar en este momento: ‘Strawberry Fields Forever’ y
‘Penny Lane’. Recién ahí, cuando John canta “Living is easy with eyes closed”
me doy cuenta de lo que estoy viviendo. Estoy haciendo mi sueño realidad. Estoy
viajando a Liverpool, donde todo comenzó. Los orígenes de la banda más
influyente en mi vida. Mi banda sonora, por años. Por años, también, me imaginé
y soñé con este momento. Este mágico instante en que llego a Liverpool. Un
momento de emoción recorre mi cuerpo y me siento feliz. ¡¡¡Feliz!!! Feliz por lo
que he vivido, feliz por lo que voy a vivir ahora. Feliz por la familia que
tengo, por mi esposa, que es la mejor del mundo, que me envalentonó y me presionó
y me convenció que hiciera este viaje. Feliz por el hijo que tenemos, que es
una persona maravillosa, y por la familia que estamos armando, y que está
creciendo. Me siento feliz de la vida! Liverpool Lime Street Station. ¡Llegamos!
Salimos de la estación y un
cielo nublado nos recibe. Tiene pinta de lluvia, aunque el pronóstico no
indicaba precipitaciones. Respiro hondo. Hasta el aire es distinto. Miro
alrededor. La fachada de la estación de trenes, el imponente edificio del St.
George’s Hall, y algo que parece un mall.
Caminando lentamente, y
siguiendo las indicaciones del google maps (nuestra aplicación de cabecera en
este viaje), nos dirigimos al Hotel Ibis Styles Dale Street Cavern Quarter,
donde tenemos reservas. Una caminata de 10 minutos y ya estábamos en el
lobby del hotel. Un hotel bonito, pero sin pretenciones. Con iconografía Beatle por
todas partes, y un staff de jóvenes muy atentos, con excelente disposición y
ánimo. Hacemos el Check in y nos asignan la pieza, que está en el quinto piso.
Una pieza con todo lo necesario: 2 camas, un baño, un closet y una pequeña
mesita con hervidor, un sutido de bolsitas de té, sachets de café y leche, y
una TV. Excelente, simplemente genial. La estadía nos costó algo así como 35
mil pesos cada uno, por 2 noches, o sea la noche nos salió menos de 20 mil
pesos chilenos. ¡¡¡Excelente!!!
Dejamos las cosas, un baño y a
recorrer la ciudad.
Nos dirigimos caminando
lentamente por Dale St. Compramos un sándwich en el Tesco que está justo al
lado del hotel, y nos sentamos en una banca en Castle St., para nuestra
merienda. Gerardo está un poco mejor de la guata, pero no quiere arriesgarse.
Seguimos caminando hacia el Albert Dock, donde hay harta gente. Hay
restaurantes, un carrusel, harta onda. Pero nosotros vamos derechito al Beatles
Story: ¡El museo Beatle!
£15 la entrada. Me compro
también un pequeño libro que es la guía del museo. Te pasan unos audífonos con
un dispositivo. Cada sección tiene un número, el que se debe apretar en el
dispositivo y así escuchar el relato. Hay extractos de entrevistas de los 4
Beatles, Brian Epstein, George Martin, amigos de infancia, parejas, etc. Es un
museo muy completo. Con memorabilia desde la época de los Quarrymen, de sus
primeras tocatas en el Casbah Club (la casa club del baterista de la Banda,
Pete Best). Una réplica a escala real del Cavern Club, un submarino amarillo…
En fin, todo lo relacionado con los Beatles. No logro retener toda la
información que entra por la vista, por los oídos. Aún hoy, que lo escribo, no
lo creo.
El tour del museo termina,
obvio, en la Beatles Store. Una tienda espectacular, con mucho material beatle.
Compré unos llaveros (uno para mi mamá y uno para mi papá, ambos fanáticos de The Beatles), también compré un
pilucho del Yellow Submarine para nuestra guagua, que crece y crece en el
vientre de la Moni.
Salimos del Beatles Story, y
caminamos por el borde del rio Mersey. Primero fuimos hacia el sur, por el Echo
Arena y el Exhibition Centre, que son edificios modernos donde se realizan
seminarios, actividades de diverso tipo y, como hoy, conciertos. Está lleno de
jóvenes, pero no logramos ver de quién es el show. En fin. Volvemos hacia el
norte, para caminar por el Albert Dock hasta el Pier Head. Pasamos por el
Museum of Liverpool, por una estatua de Billy Fury, el Elvis de Liverpool. El
borde del río es tranquilo, se ve gente pasear calmadamente por este paseo,
contemplando el río y sintiendo el viento en la cara.
Llegamos hasta el Monumento a
los trabajadores del Titanic, y el muelle donde embarcar los trabajadores que van
a la Isle of Man.
Volvemos caminando al hotel.
Nuestra primera impresión de Liverpool es agradable. Se ve que es una ciudad
regional, más pequeña, pero entretenida. Bajo a comprar algo para comer al
Tesco que está justo al lado del Hotel, una cerveza. Pudimos ver televisión
local (algo que no habíamos podido en el depto., ya que solo tiene internet), y
a descansar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario