miércoles, 28 de febrero de 2007

(Re) Encuentro

Aquí voy. Estoy nervioso, aunque creo verme controlado y calmo. Cuanto había esperado por este momento. Cruzo una calle, creo estar a dos cuadras del lugar pactado para este (re)encuentro. Es curioso, pero elegimos un lugar que hasta ahora no significaba nada, al menos para mí. Una plaza común y corriente, típica del centro clásico de Santiago. Sin embargo ahora, su pileta, sus faroles y bancas cobran un nuevo significado. El imponente frontis de la iglesia también. Camino rápido. No sé precisar si es porque esta noche de Febrero está algo fría o porque estoy ansioso de volver a verla. Siempre el último encuentro es como el primero. Me siento igual de nervioso que aquella primera "cita", aquél almuerzo a escondidas que tuvimos un día de invierno. Tuvo que llegar el siguiente invierno para que las salidas se convirtieran en la relación que se derrumbó tan estrepitosamente como comenzó. Bueno, este encuentro es "a escondidas" nuevamente. Por eso la elección del lugar.

Me aproximo a la plaza y ahí está, a un costado de la pileta, de espaldas a mí. La luz del farol a contraluz hace relucir su silueta. Está igual. Su largo pelo color miel reluce bajo la luz de ese farol que ya quedó en mi retina para siempre. Su poodle me sorprende y me ladra. Ella voltea y veo su rostro. Sus ojos siempre tristes me regalan su mirada. Su pequeña boca se abre para darle paso a su suave voz que pronuncia mi nombre. Yo había soñado tantas noches con este encuentro. Sabía casi de memoria como actuar y qué decir. Tener la palabra precisa y la sonrisa perfecta, los gestos apropiados y la postura justa. Pero ante esos ojos todo lo estudiado se borró de mi mente. Así como se me borraron de golpe todas esas noches de insomnio, de espera, de nostalgia.

La conversación se hace relajada. Los primeros minutos fueron un tanto tensos, pero luego de un par de bromas y típicos comentarios el ambiente se relaja. El ruido del agua cayendo en la pileta influye, por cierto. Hasta su mascota, qué en algún momento fue también mi mascota, me reconoce y se deja acariciar por mi aún temblorosa mano.

Ya sentados, mi otra mano recorre lentamente sus cabellos brillantes mientras la poodle nos deja a solas por un momento. Se va, juega, se ve feliz, como siempre, como antes.

Conversamos largo rato, mientras la perrita juega, y cuando menos lo espero sale de mi boca todo lo que aún siento por ella. Es como que no controlo mi cuerpo. Mis ganas se apoderan de mí. Mis ansias se apoderan de mis brazos, que la abrazan fuerte contra mi pecho y mi deseo se hace de mis labios y la beso, la beso como había querido besarla hace tanto tiempo. Como me hubiera gustado haberla besado siempre.

-Qué te pasa- Oigo. Salgo de mi ensueño. Estoy en la pega, otra vez confundiendo realidad y ficción, lo real y lo ilusorio, lo que es y lo que me gustaría que fuera. No pasó nada, nunca pasa nada. Pero esperé y todavía espero que ese sueño, esa ilusión se haga realidad.

-Hola, ¿Estás ahí?- leo en el Chat. Es ella. Le contesto. Me invita a salir este viernes. Ahora si, seguro que ahora si. Si no, seguiré tratando. Tengo tiempo, todo el tiempo…

martes, 27 de febrero de 2007

No te salves

No te quedes inmóvil al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca.

No te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer lo párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo.

Pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el jubilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo

(Mario Benedetti)

No importa

Hay viejos culiaos que no creen en nuestro amor...
No importa oh...!
hay viejos culiaos que no creen en la liberación de la mujer

No importa oh...!
hay viejos culiaos que no creen en la rebelión punk

No importa oh...!
hay viejos culiaos que no creen que en un poema se pueda decir: 'viejo culiao'

No importa oh...!

No importa, si yo la quiero y usté me quiere
No importa, escuchemos la mitad de la humanidad que sangra una vez al mes por toda la humanidad
No importa, avivemos la cueca punk
No importa oh!!! escribamos poemas llenos de groserías,y metámonos el espíritu al bolsillo perro,
No importa oh!!!

(Mauricio Redolés)

lunes, 12 de febrero de 2007

Maldigo del alto cielo

Maldigo del alto cielo
la estrella con su reflejo.
Maldigo los azulejos,
destellos del arrolluelo.
Maldigo del bajo suelo
la piedra con su contorno.
Maldigo el fuego del horno
porque mi alma está de luto.
Maldigo los estatutos del tiempo
con su bochorno.
¡Cuanto será mi dolor!

Maldigo la cordillera
de Los Andes y de la Costa.
Maldigo, señor, la angosta
y larga faja de tierra.
También la paz y la guerra,
lo franco y lo veleidoso.
Maldigo lo perfumoso
porque mi anhelo está muerto.
Maldigo todo lo cierto y lo falso
con lo dudoso.
¡Cuanto será mi dolor!

Maldigo la primavera
con sus jardines en flor
y del Otoño el color,
yo lo maldigo de veras.
A la nube pasajera,
la maldigo tanto y tanto.
Porque me asiste un quebranto
maldigo el Invierno entero.
Con el verano embustero
maldigo profano y santo.
¡Cuanto será mi dolor!

Maldigo la solitaria
figura de la bandera.
Maldigo cualquier emblema,
la Venus y la araucaria.
El trino de la canaria
el cosmos y sus planetas
La tierra y todas sus grietas
porque me aqueja un pesar.
Maldigo del ancho mar sus puertos
y sus caletas
¡Cuanto será mi dolor!

Maldigo luna y paisaje,
los valles y los desiertos.
Maldigo muerto por muerto
y el vivo de rey a paje.
El ave con su plumaje
yo la maldigo a porfía.
Las aulas, la sacristía
porque me aflige un dolor.
Maldigo el vocablo amor
con toda su porquería.
¡Cuanto será mi dolor!

Maldigo por fin lo blanco
lo negro con lo amarillo
Obispos y monaguillos,
ministros y predicandos.
Yo los maldigo llorando
Lo libre y lo prisionero,
Lo dulce y lo pendenciero
le pongo mi maldición.
En Griego y en Español por culpa
de un traicionero.
¡Cuanto será mi dolor!

Violeta Parra, Últimas composiciones (1966)

viernes, 2 de febrero de 2007

Bitácora de vacaciones II

Esta segunda semana de vacaciones fue un tanto mejor. Bueno, en realidad porque al fin me pagaron (creo que fue el martes o miércoles). El hecho es que el miércoles fui con mi hermano y su polola a ver la obra “Del porqué don Alonso Quijano, o Quijada, se convierte en caballero andante”, que, obviamente, trata sobre los primeros capítulos del Quijote. Con la actuación de Tito Noguera, la obra es muy buena, y me hizo recordar lo entretenida que es la historia incombustible que escribiera Cervantes. Eso fue gratis, en Maipú. De ahí, nos fuimos con mi brother al Blondie snack bar, en Av. Brasil. Es bastante bueno, y barato (los tragos salen a 2 lucas). Yo pedí un mojito (bien bueno, te diré).

Luego, el jueves fui, nuevamente con mi hermano, que se ha convertido en algo así como mi Sancho Barza (perdón, Panza), a ver a Mauricio Redolés y a su grupo ‘Ruido Bustos’ a la SCD de Sta. Filomena, donde presentaron ‘nuevos jits’ (como rezaba el afiche), que grabaron ahí mismo, en vivo. Lógicamente, la segunda parte de la presentación contó con clásicos como ‘Chica poco comunicativa’, ‘Eh rica’, ‘La pequeña Lulú’, 'Llegando a Yungay' y ‘¿Quién mató a Gaéte?’. Excelente show, muy bueno, sin reparos. Luego de eso, nos servimos un roncito colombiano en ‘La casa en el aire’ (Antonia López de Bello). Me lo habían recomendado varias veces, y con razón. Bien piola. Igual tengo que volver a ir, con la persona que me lo recomendó, claro.

El viernes se celebró el cumpleaños de Bert en su casa de La Reina. El desafío esta vez era ron. Harto ron. Too much, I think.

El sábado fui a visitar a la Natalia, quien tuvo a su hija recién el jueves. Luego, fui a ver a la Pequeña Gigante al centro. Y, para finalizar las vacaciones, invité a mi querida madre a tomarse un traguito y disfrutar una tablita en ‘La chimenea’.

Entretenido y relajado fin de vacaciones. Aunque no salí de Santiago ni un día, ni divisé la playa, ni percibí el aroma del mar, ni disfruté un paseo a Valparaíso junto a la chica que quiero, de todas formas, no fue tan malo, después de todo.

Ahora, volver a la tortura del trabajo, a la monotonía de la rutina, al extremadamente largo día lunes, en fin, back to reality.