miércoles, 30 de enero de 2008

Arauco tiene una pena

Arauco tiene una pena que no la puedo callar,
son injusticias de siglos que todos ven aplicar.
Nadie le ha puesto remedio, pudiéndolo remediar.
Levántate, Huenchullán.

Un día llega de lejos Huescufe conquistador,
buscando montañas de oro, que el indio nunca buscó.
Al indio le basta el oro que le relumbra del sol.
Levántate, Curimón.

Entonces corre la sangre, no sabe el indio qué hacer,
le van a quitar su tierra, la tiene que defender.
El indio se cae muerto, y el afuerino de pie.
Levántate, Manquilef.

Adónde se fue Lautaro, perdido en el cielo azul,
y el alma de Galvarino se la llevó el viento Sur.
Por eso pasan llorando los cueros de su kultrún.
Levántate, pues, Callfull.

Del año mil cuatrocientos que el indio afligido está,
a la sombra de su ruca lo pueden ver lloriquear.
Totora de cinco siglos nunca se habrá de secar.
Levántate, Callupán.

Arauco tiene una pena más negra que su chamal,
ya no son los españoles los que les hacen llorar,
hoy son los propios chilenos los que les quitan su pan.
Levántate, Pailahuán.

Ya rugen las votaciones, se escuchan por no dejar,
pero el quejido del indio ¿por qué no se escuchará?
Aunque resuene en la tumbala voz de Caupolicán,
levántate, Huenchullán.

(Violeta Parra)

Aguante el indómito pueblo araucano!!!