Día 2
Jueves 17 de agosto de 2017
Amaneció nublado. Comimos un
sándwich que compramos la noche anterior en un Tesco Express. Una ducha y a la
calle.
Tomamos la línea HammerSmith
& City Line hasta Baker Street, donde hicimos combinación a la Jubilee Line
para avanzar una estación más, hasta St. John’s Wood. En la misma estación nos
encontramos con un Beatles Café (and souvenirs shop), lo que nos indicaba que
estábamos cerca de nuestro destino: ¡Abbey Road!
Llegamos al famoso cruce de
cebra. Cruzamos, como todo el mundo. Miramos, conversamos. Es increíble estar
aquí, pensé. No lo creía y aun no lo creo. La gente pasa, cruza, se saca fotos.
Fuimos directo a los Estudios Abbey Road. Las fotos de rigor, y volvimos al
cruce. Cruzó Gerardo para la foto. Crucé yo para la foto. Notamos que había
algo al costado de los estudios, por donde venía saliendo gente. Nos acercamos,
y nos encontramos con una Tienda, la Abbey Road Shop. Entramos, por supuesto, y
encontramos varias cosas interesantes: el bajo de Paul McCartney, un micrófono
del estudio 2 de Abbey Road, las partituras de ‘Yesterday’. Hasta un mural
tamaño natural de la portada del Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band donde
nos sacamos fotos.
Hartos libros y souvenirs,
claro que algo caros. Unas fotos más y proseguimos camino. A unas cuantas
cuadras fuimos a ver la casa de Paul McCartney, en Cavendish Ave., en un lujoso barrio de grandes
casas y autos caros. McCartney compró esta casa cuando estaba en su apogeo con
The Beatles, y desde entonces la ha utilizado regularmente. La recepción de su
última fiesta de matrimonio se realizó aquí hace unos años, y esta es su residencia en Londres.
Caminando pasamos por el
costado del Lord Cricket Ground, un estadio de cricket, con dirección a Baker
Street, donde llegamos para visitar la Beatles Store London. No fue lo que
esperábamos, sinceramente. Aunque había harta variedad de productos, la calidad
no parecía ser la mejor, y los precios eran elevados. De todos modos compré un
libro y algunas postales para regalar. A unos pasos de la tienda se encuentra
el museo de Sherlock Holmes, y la fila para entrar es larga. Vitrineamos en una
librería, cruzamos a otra tienda de rock que está justo al frente, para luego
seguir caminando, hasta que nos dio hambre. Como hay locales de comida por
todos lados, no es difícil tentarse. Sin embargo, es importante ver los
precios. Entramos finalmente a un local (Holmes Fish & Ships, como varias cosas por este sector, en honor, imaginamos, a Sherlock Holmes) donde comimos
sausage and fries (salchicha con papas fritas).
Después de almuerzo seguimos
caminando. Bajamos por Marylebone unas cuadras, hasta llegar a Devonshire Pl.,
justo en la esquina donde se escribió parte importante de la historia de Chile
de los últimos años: The London Clinic, el lugar donde tomaron detenido a
Pinochet. Lamentablemente la puerta estaba con gente, enfermos, enfermeras y un
guardia que nos miró con cara de pocos amigos. Esperamos unos minutos, pero
finalmente no quisimos sacar fotos. El enfermo se veía mal, y no quisimos
hacerlo sentir peor. Seguimos camino pensando, ingenuamente, que si nos quedaba
tiempo podríamos volver los días siguientes.
Bajamos por Devonshire Pl.
hasta llegar a otro hito Beatlemaníaco: la casa de la familia Asher, donde Paul
McCartney vivió algunos años con su novia Jane Asher. Se ve un barrio
tranquilo, de las típicas viviendas pareadas, casas grandes, sin rejas. Esa es
una constante en el paisaje londinense. Casas con rejas bajas, o simplemente sin
rejas. Lugares tranquilos, donde se ve poco tráfico. Un barrio residencial a
sólo cuadras de grandes avenidas con comercio. Seguimos caminado por esos
barrios tranquilos, hacia el poniente por New Cavendish, para luego tomar
George St. Y llegar hasta Montagu Square, y visitar, por fuera, por supuesto,
la casa en que John y Yoko vivieron durante el año 1968, cuando se fueron a vivir
juntos. Frente a una plaza, en un lugar bastante céntrico. Quizá similar al
entorno de su residencia años más tarde en New York. En este departamento de
Montagu Square también vivieron, en diferentes periodos, Ringo Starr, Jimi
Hendrix e incluso Keith Moon. O sea, un lugar con mucha historia musical… ¡Y
mucho carrete, me imagino! La casa tiene una Blue Plaque en su fachada, es decir, una placa azul que se instala en casas, edificios y otros lugares que cobran interés porque fueron habitados por alguna personalidad. Londres está llena de Blue Plaques que te recuerdan todo el tiempo el pasado de esta ciudad. Es simplemente increíble. Ya por la mañana, vimos y nos fotografiamos frente a una Blue Plaque en Baker St. que recuerda la estadía del libertador José de San Martín por el lugar.
Tomamos por fin un double
decker (bus de dos pisos) y nos subimos al segundo piso, ¡Of course! Desde ahí sacamos algunas
fotos para enviárselas a Alonso. Nos bajamos en la esquina de Oxford St. Y New
Bond St. Para dirigirnos a otro hito: La casa de Jimi Hendrix en Londres, en
pleno centro, en Brook St., al lado de la casa de otro genio de la música: George Friederic Handel. De hecho, en la actualizadad ambas casas son un solo museo, el Handel & Hendrix Museum. El barrio es un típico barrio céntrico, lleno de tiendas, algunas de lujo y otras más
normales. Lleno de gente. Volvimos a Oxford St. Para entrar a vitrinear a His
Master’s Voice (HMV), la clásica tienda de música del centro de Londres. Luego de
vitrinear y querer llevarme toda la tienda pa’ la casa, me decidí y compré
algunos CDs de The Beatles para por fin intentar completar mi colección. Acá
los Cds de The Beatles estaban más baratos que en las tiendas que visitamos en
la mañana (Abbey Road Studios Shop y la Beatles Store), así que aproveché y me
traje Please Please me, With The Beatles, Rubber Soul, Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, y Abbey Road,
por supuesto. A £6.99 cada uno, salvo el Sgt. Pepper’s… que estaba a £9.99
(Nueva edición aniversario). También me traje 4 CDs de The Who (estaban a 2 por
£10). Por último me traje un libro de Pink Floyd ('Pigs might fly') que estaba a
£4.99 si llevabas cualquier compra. Con todo, puedo concluir que, en cuanto a
música y libros, acá es bastante más barato que Santiago. Otra razón más para
amar esta ciudad.
Caminando llegamos a Carnaby
Street, ¡Centro del carrete londinense! A esta hora, tipo 6 pm, la gente ya
está llenando los pubs y bars, tomando cerveza y conversando. Nosotros nos
dimos unas vueltas, encontramos un club, el Bag o’ Nails, famoso porque ahí
tocó Jimi Hendrix y porque Paul McCartney era un habitué. Tanto así, que allí
se conocieron Paul y Linda. Fotos en la fachada, y a por una cerveza… ¡Y un
asiento! Estábamos agotados… Entramos a un Irish Bar llamado O’Neills en pleno
Carnaby St. Donde nos atendió una muchacha espectacular! Otra cosa que nos
llamó la atención de esta ciudad, sus mujeres. La chica del bar nos atendió de manera muy
gentil, con un acento exquisito y, claro, siendo así no pudimos resistirnos a
otra Guinness, jeje. Después de una rica hamburguesa casera, y un par de pintas de
Guinness seguimos caminando. Pasamos por el London Palladium, lugar donde
tocaron los Beatles, para luego llegar hasta Picadilly Circus, el centro de la
vida nocturna. Buscando baños bajamos por Haymarket hasta que entramos a un Local
de hamburguesas, Byron. Nos tomamos otra
cerveza en ese barrio lleno de vida nocturna, teatros y cines llenos de vida y
colores. Seguimos caminando por Haymarket, para tomar el metro y volver a depa, sin antes encontramos con una Blue Plaque que recuerda que Ho Chi Minh trabajó en ese lugar, cuando ahí funcionaba el Carlton Hotel, en 1913. Así es esta ciudad que encanta, con la historia viva, a la vuelta de la esquina.
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