Día 6
Lunes 21 de agosto de 2017
El día comenzó lento. Con
sueño, tratando de despabilar para aprovechar el día. Hoy es un día importante:
Tenemos entradas para la Exposición de Pink Floyd: Their Mortal Remains, en el
V & A Museum. A las 12:15 hrs.
Gerardo me asegura que irá.
Salgo antes, para caminar por el barrio. Tomo la micro sólo un par de paradas,
y me bajo en Whitechapel. Es temprano y los puestos que el otro día vimos
recién se están instalando. A lo largo del Royal London Hospital hay una gran
panel, de estos que se colocan cuando se está realizando algún trabajo en la edificación, donde se presenta un mapa antiguo y algo de la
historia del barrio. Allí dice que Whitechapel fue ocupado a fines del siglo
XIX por judíos (al sector se le llamaba Jewish East London). Actualmente no sólo se
encuentran judíos, sino también una gran población árabe (musulmanes). De
hecho, a poco andar me encuentro con una mezquita (The East London Mosque).
Este lugar es el East End. Luego de comprar un sándwich y una Limonata en un
Tesco Metro, llego a la plaza Whitechapel, donde hay carteles con la historia
del barrio y entiendo el nombre de éste. Me encanta la idea de preservación de
la historia que tienen los ingleses de sus lugares. Siempre es posible
encontrar una placa, un cartel, un monumento, algo que explica y/o conmemora al
barrio, a su gente, a personas y personajes. Es una ciudad donde se vive la
historia, el presente y el futuro. Es una sensación extraña, y me encanta. Ahí
aprendí que en la Edad Media había una iglesia que se veía blanca (tenía una
terminación con tiza), de ahí el nombre “White chapel”. Luego la iglesia fue
destruida por incendios, fue re hecha y
destruida por un bombazo en la Segunda Guerra Mundial. Finalmente se utilizó el
lugar como una plaza (Altab Ali Park), y hasta hoy se pueden ver restos de
aquella primera iglesia, y de las construcciones posteriores.
Noto la hora y me apresuro a
la estación de metro Aldgate East Station. Tomo la District Line hasta South
Kensington Station, donde nos juntamos con Gerardo. La estación conecta
directamente con el Museo Victoria & Albert. Llegamos temprano, y la fila
que espera la exposición corresponde a los de las 12:00 hrs. así que tenemos
tiempo para recorrer la galería del museo, gratis, por supuesto. Hay varias
esculturas, varias de Rodin. Y de muchas épocas distintas. Seguro es un gran
panorama para un conocedor del arte. No es mi caso, y me conformo con observar
las esculturas y esperar nuestro turno para poder ingresar a ‘Their Mortal
Remains’, la espectacular exposición sobre Pink Floyd.
La exposición merece una entrada de blog aparte. Es simplemente fascinante, y cuenta toda la historia de la banda, desde sus inicios en Cambridge, sus primeras canciones y discos, con Syd Barret a a cabeza, y luego su climax como banda en toda la era que va desde el 'Dark side of the Moon' hasta 'The Wall', finalizando con sus últimos discos. La exposición funciona con unos audífonos, y cada vez que me acercaba a alguna pantalla, se activaba el audio de lo que en dicha pantalla se estaba mostrando. Mucha foto, harto documento, una puesta en escena de punta, con una reproducción del prisma del 'Dark side of the moon', por ejemplo, con los artefactos utilizados para los shows del The Wall, etc. Todo, con un final conmovedor, donde en una sala se proyecta un video en 360 grados (se proyecta en las 4 paredes) y se presenta el video de 'Arnold Lane' y luego la versión en vivo de 'Comfortably Numb', la de la reunión de la banda, para el Live 8, el año 2005. No sé cuanto rato estuvimos ahí dentro, pero sé que no quería salir. Al terminar el recorrido, obviamente la tienda de recuerdos. Simplemente me traje un llavero del chancho volador de 'Animals', objeto que me recuerda a diario que estuve en una exposición de Pink Floyd en Londres. ¡Increible!
Al salir del V&A Museum,
cruzamos la calle y nos ponemos a la fila del Natural History Museum, mientras
escuchamos a un cantante callejero y su guitarra cantando “Despacito” y “Shape
of you”, canción de Ed Sheeran que ya nos tiene chato, y que acompañamos
cantando “ooa oooa ooa ooa Andate a la conchetumare”
Así se nos pasó rápido el
tiempo, y en 15 minutos ya estábamos dentro del Natural History Museum, donde,
de entrada, nos encontramos con el esqueleto de un pterosaurio en una pared. En
el centro del primer salón hay un Stegosaurus completo, dando la bienvenida.
¡Asombroso! Pienso en Alonso y cómo estaría de fascinado acá. Saco hartas fotos,
pero se ve un poco oscuro. Vemos meteoritos, una roca lunar, un salón donde se
explican varios fenómenos naturales, entre ellos los terremotos, con simulador
y todo. Y por supuesto, hay fotos del terremoto más grande registrado: Valdivia
1960. Luego buscamos el salón de los dinosaurios, pasando por una galería de
aves disecadas, donde vemos un dodo… ¡Un dodo!
Seguimos sorprendiéndonos con
la calidad y cantidad de piezas, de información que se puede encontrar en los
museos londinenses. Es increíble pensar todo lo que tienen a la mano los niños
y niñas que estudian acá, y que pueden pasar de los libros a ver, en primera
persona, la piedra roseta, la Carta Magna, el cráneo de un parasaulophus, etc.
Luego de la visita obligada a
la tienda del museo (tiene varias), y de salir con un jarro de dinosaurios para
Alonso, y un Triceratops de peluche para la guagua en camino, salimos del
museo. No sin antes apreciar que en la nave central se presenta el esqueleto
completo de una ballena, para asombro de muchos… Menos de nosotros. “Esto ya se
ha visto”, decimos mientras pensamos en nuestro humilde Museo de Historia
Natural de la Quinta Normal.
Tomamos un double decker hasta Harrods, la famosa tienda de lujo. Es gigante, la verdad. Solo nos da para ver algunos departamentos, como perfumería, algo de ropa de hombre, abarrotes (donde venden cecinas, quesos, charcutería de Italia, España, Francia, a precios bastante razonables, la verdad, por no decir convenientes). Hay hasta un local para almorzar. Ese si es caro (un almuerzo estaba desde los £19, si mal no recuerdo). Todo eso sólo en una parte del primer piso. Salimos a la calle. Afortunadamente nos habíamos comprado algo para comer y beber (limonata, of course) en un Waitrose que está casi al frente, justo en la parada de la micro, así que no teníamos hambre.
Tomamos un double decker hasta Harrods, la famosa tienda de lujo. Es gigante, la verdad. Solo nos da para ver algunos departamentos, como perfumería, algo de ropa de hombre, abarrotes (donde venden cecinas, quesos, charcutería de Italia, España, Francia, a precios bastante razonables, la verdad, por no decir convenientes). Hay hasta un local para almorzar. Ese si es caro (un almuerzo estaba desde los £19, si mal no recuerdo). Todo eso sólo en una parte del primer piso. Salimos a la calle. Afortunadamente nos habíamos comprado algo para comer y beber (limonata, of course) en un Waitrose que está casi al frente, justo en la parada de la micro, así que no teníamos hambre.
Caminamos un par de cuadras y
tomamos otra micro, esta vez para dirigirnos a Regent St. Específicamente, a la
tienda de juguetes ‘Hamley’s’. Ahí sufrimos, por primera vez, el tráfico londinense.
Claro, era lunes en la tarde, y comenzaba la hora punta. El trayecto se hizo
lento. Finalmente llegamos a la juguetería, de seis pisos. Seis pisos que
recorrimos como cabros chicos, mirando las novedades y demostraciones que había
en cada uno. Muchos juguetes. Miles de autitos a escala. Mucho que ver y
comprar, aunque los precios eran algo elevados. Finalmente no compré nada ahí, ya
que de verdad los precios eran altos en comparación a los juguetes en Santiago.
Gerardo compró unos encargos, y salimos a caminar por Regent St. Caminamos por
Oxford St., visitando un par de tiendas de ropa (Topshop, Uniqlio,
SportsDirect, Primark). Gerardo se compró una chaqueta tipo cortaviento en
Uniqlio, para cambiar su chaqueta marca ‘Ídolo’ que se estaba desarmando de
manera escandalosa, jaja! Yo quería ir a Primark, donde finalmente compré un
par de poleras a Alonso y un polerón a Agustín. Llegamos justo cuando ya
estaban cerrando, tipo 9 pm, así que no pudimos vitrinear mucho. Directo a la
caja. Primark y Uniqlio tenían buenos precios. Más baratos que Falabella o Ripley, si lo comparamops con algo local. Se asemejan más a Fashion's Park, yo diría. SportsDirect vende ropa
deportiva de marca, a precios de ropa de marca, y Topshop era caro (una polera
de hombre a £29, a bit too much my dear!). Con varias bolsas y Gerardo
convaleciente, decidimos volver al depa (no pubs today). Debíamos descansar ya
que al día siguiente nos tocaba viajar a Liverpool.
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