miércoles, 22 de septiembre de 2010

Bitácora del Dieciocho "Bicentenario" (Último día)

Lunes 20 de Septiembre de 2010


Último día nadie se enoja. En cama hasta la hora de almuerzo. Solos los dos en el depto. sin apuros, sin compromisos, sin visitas, solos los dos... rico! Merluza con ensaladas de almuerzo, un a copa de chardonnay, y un paseo al Parque Forestal. Horneamos un poco de pan pre horneado (recuerdan que los empresarios hablaban de desabastecimiento cuando se declaró feriado de 3 días para los supermercados y malls. Al final no se murió nadie por no ir al Plaza Vespucio a vitrinear, jajaja), tomamos tecito y a la cama.


Gran Dieciocho, que fue sólo eso, ni más ni menos: un gran Dieciocho. El mentado Bicentenario dejémoslo para el presidente y sus ministros, para las multitiendas y supermercados, para los medios de comunicación y sus programas “culturales”. Para el chileno de a pie, el chileno medio, el dieciocho es dieciocho no más, sin apellidos ni apelativos que no se sienten. Porque al final, ¿Qué se va a celebrar si hace 200 años que se vive igual? ¿Si los pobres de ayer son los mismos que los pobres de hoy? ¿Si las oportunidades que los “padres de la patria” prometieron nunca llegaron?


Mientras siga la desigualdad de mierda que nos rige, mientras el pueblo Mapuche siga sin ser escuchado ni tomado en cuenta (y no sólo los Mapuche, sino que todos los pueblos originarios), mientras las condiciones laborales no mejoren, mientras el pueblo no sea tratado con dignidad por parte de los que gobiernan nuestro país (políticos y empresarios, que al final son la misma cosa), mientras nuestro país siga siendo lo que es (y lo que se proyecta que siga siendo –una maqueta mal hecha de país en eterna vía al desarrollo) no hay nada que celebrar. Si hay mucho que exigir, hay mucho por qué luchar y hay poco que perder en el intento.


¡Bicentenario, nada que celebrar!


Ahh, se me olvidaba:

Celebración Oficial Bicentenario a la que no asistimos: Revista Naval Bicentenario


Bitácora del Dieciocho "Bicentenario" (Día 4)

Domingo 19 de Septiembre de 2010


Costó despertar. A las 1 de la tarde recién empecé a abrir los ojos. Como en cámara lenta nos levantamos, nos duchamos, nos vestimos y salimos de nuevo a la pelea. Esta vez el destino era la casa de mi madre en la gloriosa Estación Central. Llegamos con un aperitivo y mi madre y la güely nos recibieron con empanadas de camarón – queso (muy ricas!). Luego, carne de vacuno, cerdo, longanizas (de Chillán) y ensaladas varias, todo acompañado con un pebre cuchareao “de esos tan ricos que hace mi amá” (parafraseando al gran Tito Fernandez). Apagamos la tele y su Parada Bicentenario para escuchar música chilena y güena!


De postre, mote con huesillos. Otra copita de vino, una que otra chela y partimos al Bicentenario Ciudadano y Popular que se organizó por distintas organizaciones sociales, como alternativa a las celebraciones “oficiales” donde se gasta mucha plata en puras leseras. Llegamos tarde a la cita en el Parque Portales (en pleno Bello Barrio de Redolés), quedaba poca luz natural, pocos puestos de artesanía y muchos curaos. Igual nos sirvió para salir a caminar, y mientras los Legua York rapeaban en el escenario central nosotros continuamos caminando hasta llegar a la Alameda, para ver el mentado show de luces. En Alonso de Ovalle con Paseo Bulnes había harta gente, sin embargo pudimos ver algo del espectáculo. De todas formas, es raro que hayan proyectado un espectáculo de luces en una fachada tan pequeña (tan baja) para ser presentada a tanta gente (bueno, no es TAN raro pensando en el gobierno "de excelencia" que tenemos organizando esto!)


De vuelta a la casa de mi juventud, degustamos una buena piscola (con Bauzá, cómo no!) y unas exquisitas machas a la parmesana. Pochitos y cansados llegamos a casa. Fin del día cuatro, ufff!


Celebración Oficial Bicentenario a la que no asistimos: Parada Militar Bicentenario


Bitácora del Dieciocho "Bicentenario" (Día 3)

Sábado 18 de Septiembre de 2010


El panorama dieciochero nos llevó esta vez a Casapiedra (la casa de la Sonia - otra de mis cuñadas - que es lugar de reunión del clan Benavides-Aguayo). Así que, tempranito, echamos un par de Antillancas a la mochila, y partimos. Al llegar me calzaron con la parrilla (o me calcé yo solo, parece) ya que el parrillero oficial de la familia se fue al sure pa' las fiestas. Luego de un par de chelas salieron los choripanes y el asado (medio durazno, pero salvó igual). Después de unos cuecazos partimos a las Fondas del Parque Mahuida, donde remojamos el güergüero con ese néctar de cebada fermentada llamado cerveza. Cuando el sol ya caía bajamos a la ciudad y nos encaminamos hacia la Quinta Normal: La Yein Fonda era nuestro siguiente destino.


Eran como las 21:30 hrs. cuando la Mona, la Romy, el Yayo y yo llegamos a la Yein Fonda y nos recibió el canto de María Ester Zamora y Pepe Fuentes (parroquianos de siempre en la fonda de Álvaro Henriquez). Nos agenciamos unos traguitos, un sanguchito y a la pista a bailar... En eso sale Alvarito con Los Pettinellis (que de Pettinellis tenían el puro nombre, ya que era Álvaro Henriquez y 3 gallos más. O sea, sorry por Joselo, pero Camilo Salinas es Camilo Salinas, y sin él, los Petinellis no son lo mismo). Igual, la gozamos con exitazos como 'Un hombre muerto en el ring', 'No hables tanto', 'Amada' (que a todo esto no viene en el álbum del grupo, sino en el disco solista de Henriquez, pero en fin...), y el gran hit electrónico 'Ch Bah Puta la Weá'.


Luego seguimos el bailongo con música envasada del uno, de esa que no te permite quedarte quieto. Después de como media hora era el turno para los grandes: Quilapayún, presentados por el dueño de casa. Entre los 'Malembe' y 'La Muralla' y el clásico de Violeta 'Mire como sonríen' se dieron maña pa' tocar junto a Henriquez 'Mi patria' y 'Pájaros de fuego'. 'La batea' fue la ocasión precisa para reírse de las "frases para el bronce" de nuestro querido presidente (del tipo "Tusunami", "Marepoto", y otras).


Break musical (ideal para mamarse una tremenda fila en el baño) y luego seguir con Buddy Richard: 'Mentira', 'Amor por ti', 'Despídete con un beso', 'Tu cariño se me va' (éstas dos últimas con el líder de Los Tres), 'Si me vas a abandonar' y 'Balada de la tristeza' fueron parte del repertorio del maestro. Obviamente las cantamos todas y la voz a esta hora ya se hacía cada vez más ronca.


Más tarde vino el turno de los locales: Los Tres. Como buenos dueños de casa, se sentían a sus anchas e hicieron lo que quisieron sobre el escenario. La fuerza de la guitarra rockera de Ángel más el Rickenbaker de Titae y la voz de Henriquez crean la atmósfera perfecta para el rock pop clásico delos oriundos de Concepción. 'Hojas de té', 'Tírate', 'La torre de Babel', 'He barrido el sol' ya son himnos que fueron coreados por la multitud presente. También hubo tiempo para nuevos hits (en realidad sólo uno, 'Shusha', su más reciente single, adelanto del nuevo álbum que viene) y para versiones de 'Ventolera' y 'Déjate caer' junto a Quilapayún.


Pasadas las tres de la madrugada llegaron las cuecas de Los Tricolores, y para finalizar la larga velada: ¡Chico Trujillo! Ahí todo fue baile y bacilón: 'Gran pecador' le cantamos al Yayo, 'La medallita' nos recordó a la Anto, y 'La Escoba' dejó la ídem en toda la fonda (a esta altura la alfombra ya se había corrido y el polvo del suelo de la Quinta nos envolvía y entraba por nuestras vías respiratorias, pero no importó).


Diez para las cinco de la madrugada se acabó el show, y también nuestras fuerzas. Cansados, pero alegres regresamos a casa (me tinca que el Yayo quedó con ganas de ir al Mercado Central por un mariscal, pero pa’ otra vez será)


Celebración Oficial Bicentenario a la que no asistimos: Fiesta del Bicentenario Estadio Nacional.


Bitácora del Dieciocho "Bicentenario" (Día 2)

Viernes 17 de Septiembre de 2010


Despertamos con un telefonazo: una de mis cuñadas nos invita a comer choripanes y empanadas fritas... mmmm! Nos levantamos y acudimos raudos al llamado de la chilenidad dieciochera que dice que hay que comer y tomar porque hay que comer y tomar... Y comimos y tomamos, porque ¡Familia que toma unida, permanece unida!


En la noche, volvimos a las Fondas del Parque O'Higgins, esta vez con los amigos de Plagio. Después de vitrinear un rato, cotizar, regatear y hacer sed, recalamos en la Fonda "Donde el Carmelo". Ahí degustamos unos terremotos (que desde febrero de este año cobraron un nuevo sentido), un jarro de chicha (que en realidad era jugo de algo... uva, supusimos) y unos anticuchos bastante buenos... harta juventud, cumbias villeras y reggeaton que de pronto se silenciaron para pasar a un momento de solemnidad: Eran las 00:00hrs. y el Bicentenario llegaba oficialmente. Todos en la fonda de pie para cantar el himno patrio (con mano en el corazón y todo), confeti que cae desde el cielo y sigue la música ¡Feliz Bicentenario! Parecía año nuevo!!! Luego más cumbias, incluyendo La Makinita (Juana Fé) y un pie de cuecas que zapateamos con la Mona.


Para terminar el día (o la noche, según el punto de vista) nos fuimos a jugar taca-taca. En fin, lo pasamos la raja, en muy buena compañía, y se fue el día dos.


Celebración Oficial Bicentenario a la que no asistimos: Izamiento de la Gran Bandera del Bicentenario.

martes, 21 de septiembre de 2010

Bitácora del Dieciocho "Bicentenario" (Día 1)

Jueves 16 de Septiembre 2010


Trabajo "normal" en la pega. Normal entre comillas, porque ad portas de una celebración como ésta no hay manera de concentrarse en nada más que no tenga olor a asado. En realidad lo único normal de la pega ese día fue el horario. Trabajar hasta las 6 p.m. cuando ya todo el mundo estaba en las calles celebrando desde temprano, y en la alameda se hacían las últimas pruebas de sonido del show de luces que se montó en La Moneda. Como guinda de la torta, los aviones F-16 surcaban los cielos preparándose para la Gran Parada Militar del Bicentenario (Nota: el Bicentenario a esta altura ya me tenía chato).


Después de la pega me junté con mi señora y partimos al Parque O'Higgins a vivir una de nuestras más queridas tradiciones: El Tour Dieciochero, junto a nuestros ex compañeros y amigos. Llegamos al parque, pero, oh, sorpresa: Está todo lleno de rejas y vallas. La razón: El Presidente acaba de llegar para inaugurar las fondas... ya y??? Las fondas no pueden abrir antes que el Presidente haya hecho su show... cueck!


Finalmente nos agenciamos una mesa y unas chelas por ahí. Luego, a lo que vinimos: La Chingana de Los Abrazos! Sí, la fonda comunista que siempre nos recibe con los brazos abiertos y una sonrisa ancha. Una mesa, seis sillas, dos chorrillanas y un jarro de pipeño más tarde y ya estábamos bailando al son de las cumbias. Luego vino el turno de las cuecas, con Los republicanos de La Cueca. Entre medio, discursos, saludos a dirigentes y diputados varios, etc, etc. Valió la pena (siempre vale la pena carretear con amigos que uno no ve hace rato). Tipín medianoche partimos a la casita, con la novedad que no pasaban taxis, lo que nos hizo caminar unas cuadras, hasta Nataniel (-ahí encontraremos un taxi desocupado, amor-), de ahí hasta Sta. Isabel (-en Sta. Isabel si que sí-), y luego hasta Alameda (-por la misma... ¿Cómo no vamos a encontrar un puto taxi?-), y finalmente terminamos llegando a pata a la casa (-Eso es lo bueno de vivir en el Centro... queda todo cerca-). Fin del día 1.


Celebración Oficial Bicentenario a la que no asistimos: Show de luces en La Moneda: 'Puro Chile, Pura Energía'