Hace 6 meses abrí esta puerta, esta ventana de vidrios transparentes hacia mi interior. Hacia mi corazón y mente. Hace 6 meses necesitaba un medio por el cual desahogarme, un confidente al cual contarle cosas que no me atrevo a decir a la cara de la gente por pudor. El mismo pudor que dejo de lado cada vez que escribo aquí.
Y han pasado varias cosas en estos 6 meses. La pena, la angustia, la desesperanza se han cruzado con la alegría, la emoción, el amor en todo este tiempo.
Y después de 6 meses estoy bien, me siento bien. Y es que siempre es bueno aprender, y crecer. Y por medio de la pena, el desencanto y la desilusión uno aprende. Y crece.
Escribir durante estos 6 meses también me ha hecho bien. Escribir cosas simples, canciones, ideas, experiencias que son valiosas para mí. Que no tienen un receptor definido (muchas veces simplemente no tienen uno) pero que son importantes sólo por el simple hecho de haber sido escritos. De haber sido pensados.
Sin embargo quiero agradecer a los pocos pero leales lectores de este blog. Gracias a quienes me han dejado comentarios (escasos, y por lo mismo, muy valiosos). Gracias a quienes me han dicho que al menos le han echado una mirada. Gracias, sobretodo, a aquella lectora incondicional que, enceguecida probablemente por otros factores, celebra cada uno de mis textos. Gracias Monita, por ser mi lectora number one!
Y si, han pasado varias cosas en estos 6 largos meses de vida de este blog. Viajé en avión por vez primera. Rodrigo se emancipa y se va a vivir solo. La Nata fue madre de la preciosa Maite a principios de año. Y hace unas semanas Felipe I se convirtió en el primer “Plagio Baby”, y Germán, a su vez, en el primer “Plagio Dad”. Así pues, nacen y se desarrollan las personas. Y la vida. Y espero que este blog con ellas.
Este año se perfila como uno muy especial. Y desde el 07 del 07 del 07 creo que lo es aún más.
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