Hasta la fecha siempre hubo un mañana
y que es lo que hicimos de lo que serían
nuestros dolientes caminos
que esa tarde se dividían.
Hacia donde anduvimos sin buscarnos
que limpios fueron quedando los días
y el cielo inquieto y nocturno
los sueños que sorprendería.
Tu y yo tan lejos de aquellos amantes
que a su pesar van borrando los días
que alguna vez se alejaron distantes
para olvidar lo que ya no serían.
Y hoy, que me ha dado la suerte un camino
te vuelvo a encontrar...
Te miento si digo no haber pensado
que era posible y que sucedería,
y algo se mueve, recrea esta inminente escena y nos la envía.
Y me recuerda el verte tantas cosas
que en algún sitio he dejado en suspenso
que solamente han estado esperando
por este momento.
Que si un día fueron, tuvieron sentido
para volver a enfrentarnos delante
dejando atrás al tiempo y sus abismos
con sus llamadas y sus visitantes.
Para el reencuentro que tengo hoy contigo,
y en este lugar.
Yo sé que siempre se sigue delante
y que nos llenamos de otros nuevos días
y al eventual transcurrir de las tardes
un día vi el batir de las alas de ayer.
Mas no partió tu recuerdo incesante
y aún me despierta el eco de tu risa
de vuelta atrás, donde a veces estás,
pero que hago con tanto que nunca se fue.
Si cada quien va jugando hoy su vida
con lo que cree de lo que le enseñaron
y andamos siempre tan definitivos
tan decididos a purificarnos.
Lo cierto es que hace unos meses
me da por ponerme a esperar...
Si te lo cuento es porque estás volviendo
amaneciendo vendrás con los días.
El tiempo pasa y porque no te tengo es
que solo me ha quedado tu partida.
Ayer deje de guardarte canciones
hoy te propongo esta y me voy dejando
la puerta abierta para que a tu vuelta no dejes de entrar,
no dejes de entrar.
(Fernando Delgadillo, 1997)
lunes, 23 de abril de 2007
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