Siempre se ha dicho que no es correcto o ‘polite’ hablar de dinero, especialmente cuando se trata de las cuentas de los interlocutores. No es mi caso. Realmente no me importa demasiado el dinero, y si bien es necesario para vivir y sobrevivir en este mundo, no es algo que me quite el sueño (si no, no se explicaría el hecho de haber estudiado licenciatura en inglés). El problema es que en un país como Chile (no conozco otros casos) no se puede vivir sin plata. Es más, no se puede vivir con poca plata. Nadie, créanme, nadie puede vivir con 120 o 130 mil pesos mensuales, cuando sólo el pasaje de micro o metro cuesta $380. Cuando un almuerzo barato y malo cuesta alrededor de $1.500. Cuando un arriendo puede ir desde los 100 mil pesos hasta quién sabe cuanto, y los dividendos de la casa propia, idem.
Este no es mi caso. Yo no pago arriendo ni dividendo. Vivo con mi madre. Sin embargo los gastos a los que uno debe incurrir mensualmente superan bastante lo previamente presupuestado. Luego, ahorrar se hace prácticamente imposible. Poder tener un bien raíz es algo bastante preciado y que veo demasiado lejos. Me gustaría tener suficiente dinero para, por ejemplo este año, poder comprar un departamento (por supuesto que a 20 años plazo), y algo en qué desplazarme por la ciudad. O sea, una moto, chica, económica, barata. Pero me da rabia pensar que al no poseer estas cosas, tampoco posea otras que van por añadidura.
De todas formas, tener o no tener dinero significa, en estos días, ser o no exitoso. Bajo este sistema neo liberal en el que vivimos, el único parámetro para medir el progreso de una persona es el ingreso monetario de ella. Sin siquiera pensar en el método que utiliza esa persona para conseguir esa cantidad. O sea, uno puede ser ladrón, traficante, mentiroso, embaucador, etc. pero, si tienes plata, todo lo demás no importa. Yo me revelo ante esto. Probablemente soy el único, pero no acepto la idea de tranzar sin parar. No puede ser que vivamos y seamos cómplices de una sociedad en donde sólo el dios verde sirve. Me revienta pensar que soy un don nadie, porque no gano lo suficiente para tener un auto o una casa. Me empelota escuchar que tengo que ganar más plata para ser alguien, no importando cuantas horas pueda uno llegar a trabajar. Realmente me saca de mis casillas oír a la gente decir que hay que trabajar más para tener más. No lo acepto. Y probablemente me quedaré sin polola, nunca tendré una esposa, ni hijos, ni casa, ni auto. Pero no voy a tranzar mi tiempo ni mis hobbies por un par de lucas más. Mas bien la pelea está en cómo hacer para que la gente gane un salario más justo trabajando lo mismo, o menos. Debemos valorizar el tiempo libre. El tiempo para los amigos, la familia, la mascota. Para salir a pasear, para recrearse. Eso es necesario, sumamente necesario. Yo invito a quien quiera a que valore su tiempo libre cada vez más. Tratemos de cambiar, bajemos el stress, el nerviosismo, el trajín de esta ciudad tan querida pero tan estresante. Luchemos por salarios más justos, por más y mejores beneficios para los trabajadores, por una mejor calidad de vida. Por mientras, seguiré ganando lo mismo y viviendo donde mismo.
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2 comentarios:
Según los comentarios de un pajarito SQP, sin polola no te quedarás...como te pillo priwii...!!! jojojo
Kisses and Hugs my dear..
+++ Mon +++
dear:
Cómo no entender lo que sientes, así son los paradigmas: bastardos, caprichosos. Siento que también los costos de las elecciones de las personas tienen un buen valor, especialmente cuando pudiste elegir - no cómo algunos a los cuales nadie les pregunta nada. Un buen tema.
Abrazos de tu amigo chicago boy
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