Vacaciones son el periodo en el cual un empleado no trabaja, para descansar y reponer fuerzas luego de un año (o más) de ardua labor. En ese estado me encuentro yo en este momento. Claro que el común de los mortales (entre los que me incluyo) cree firmemente que las vacaciones son para viajar, salir y hacer cosas que uno no hace el resto del año. Eso es lo que he tratado de hacer. Pero puedo decir, con toda propiedad, que estas han sido las peores vacaciones de mi vida, desde que era niño. Se pueden resumir con una frase de Tito Fernández, “…sin mina, sin plata y con manso cuello”. Si, así no más. No me han pagado, por lo tanto, no he podido salir.
La única salida que tuve fue el lunes 15 de Enero, que fui al supermercado con mi madre a gastar el resto de plata que me quedaba, total “a mi me pagan a más tardar mañana” (Fool of me!!!). Luego, lo único rescatable fue asistir dos días al Providencia Jazz, el miércoles fui con mi madre, mi hermano, y algunos amigos a ver a Al Di Meola (fantástico) y el viernes con mi hermano vimos a Tube Factory y a John Scofield. Lo mejor fue Scofield y su banda.
De las actividades que no requieren dinero para ser disfrutadas, sólo he practicado las que se pueden hacer solo, o sea, tocar guitarra y andar en bici. Otras que tanto me gusta hacer, como salir a caminar a algún parque, estar toda la tarde echado en cama sin hacer nada, hacer el amor toda la noche sin pensar en el mañana, son actividades que se hacen con otra persona, con una única persona, con la mujer que amo, y que no está conmigo. Por lo tanto, estas vacaciones (o por lo menos la primera semana) han sido inolvidables, por lo pésimas, aburridas, melancólicas, pobres, calurosas, penosas.
Sin embargo soy optimista (no sé por qué, realmente) y espero que la segunda y última semana de vacaciones sea mejor.
Veremos.
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