Mira que juego brutal ese que se jugó Pablo
De aguantar y aguantar, aguantar siempre aguantando.
Y dicen que lo tuvieron todo el tiempo en el suelo.
Golpear y golpear, golpear siempre golpeando.
Que cayó preso un Martes a la salida del trabajo.
Iba con sonrisa azul y un bolso bajo el brazo.
El sabía que tendría que responder en el juego,
Claro que el reglamento estaba del lado de ellos.
Y dicen que lo tuvieron todo el tiempo en el suelo.
Golpear y golpear, golpear siempre golpeando.
Le preguntaron por otros, otros que éramos nosotros,
Pero el Pablo no hablaba, callado se la aguantaba.
Era un juego muy re sucio porque el Pablo no hizo nada
Solo el querer la paz, la paz sin las alambradas.
Mira que juego brutal ese que se jugó Pablo
De aguantar y aguantar, aguantar siempre aguantando.
Poco a poco se quedaron los fascistas sin el Pablo.
Se les fue por las estrellas y se refundió en la tierra,
Y la bestia en ese juego comprendió que había perdido
Que el Pablo estaba lejos, que Pablo se había ido.
Mira que juego brutal ese que se jugó Pablo
De aguantar y aguantar, aguantar siempre aguantando.
Y dicen que lo tuvieron todo el tiempo en el suelo
Golpear y golpear, golpear siempre golpeando.
Ahora ellos se consuelan, creen que el Pablo está muerto,
Pero están equivocados, desconocen algo cierto:
Que la única muerte es el olvido para siempre,
Pero Pablo está presente en el pueblo y en su gente.
Que la única muerte es el olvido para siempre,
Pero Pablo está presente en el pueblo y en su gente.
(Mauricio Redolés)
martes, 11 de septiembre de 2007
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