Otro 11 de Septiembre más. Un año más de recuerdos y frustraciones. Una vez más los pacos y el pueblo enfrentados. El primer 11 sin el dictador, sin el asesino traidor. Un 11 en el que se vuelve a pedir justicia, juicio y castigo a los culpables, varios de ellos ya viejos seniles y/o muertos. Ya no supimos que hacer con ellos. Ya no hubo justicia. Ya no castigo. Se salieron con la suya. Como cuando el dictador se puso de pie al llegar a Santiago desde Londres, olvidándose de su “enfermedad”. El problema es que su legado sigue. El se fue, no así sus consecuencias, sus actos. Las torturas, los degollados, los presos políticos, los desaparecidos, los ejecutados políticos siguen aquí, en la memoria del pueblo, de la gente. Eso no se olvida, y espero que cada 11 de Septiembre se vuelva a recordar todo lo malo que sucedió en esta tierra un día. No hay patria sin historia. Sin memoria no hay aprendizaje. Ni olvido ni perdón, sobretodo ahora que la gente tiende a olvidarlo todo. A no olvidar, a recordar lo que se hizo. A recordar que los “valientes soldados” tomaron a sus propios compatriotas como enemigos, que inventaron una guerra. A recordar que nada ha cambiado realmente. Que los que ayer apoyaron el golpe militar hoy apoyan a los partidos de Gobierno y Oposición. Que los que tiraron molotovs y salieron a protestar en los 80 ahora son parte del Gobierno de mierda que tenemos, y reprimen y condenan actos que ellos mismos propiciaran hace 25 o 30 años atrás.
Para mi es un acto moral escribir estas líneas hoy. Esta fecha nunca me ha sido indiferente. Por el contrario, esta fecha tiene tanto sentido para mí, siempre me ha seguido con su sombra interminable de miedo y represión. Recuerdo las protestas en la USACH, las velatones en la Villa Portales, los caceroleos, los apagones que pasábamos a la luz de las velas, con las cortinas cerradas escuchando el diario de Cooperativa en la radio a pilas. Rodrigo Rojas y Carmen Gloria Quintana quemados vivos por Carabineros de Chile (“orden y Patria es nuestro lema”) en una protesta demasiado cerca de mi casa como para olvidar. Mi tío Carlos torturado por los marinos en Valparaíso, por el sólo hecho de pensar diferente. Víctor Jara asesinado por que su canto era un canto libre. Miles de exiliados, despojados de sus historias, de su tierra, de sus tradiciones. Miles de asesinados, torturados, violados, vejados, desaparecidos por tener ideales, por querer un Chile justo.
Llegó la democracia, la alegría, decían, sin embargo no ha habido ni democracia ni alegría para aquellos. ¿De qué sirvieron tantos muertos, tanta sangre derramada? Seguimos viviendo en un país lleno de injusticias. Por eso hay que elevar la voz y protestar este, y todos los 11 de Septiembre, por lo que pasó en nuestra tierra (no en tierras yankis), por nuestros muertos, por nuestra pena, por nuestra rabia contenida por más de 40 años. No hay que olvidar, sólo el recuerdo permanente nos ayudará. No está muerto aquél que es recordado.
VIVA VÍCTOR JARA, VIVA SALVADOR ALLENDE!!!
HASTA LA VICTORIA, SIEMPRE!!!
“aunque los pasos toque mil años este sitio
no borrarán la sangre de los que aquí cayeron
Y no se extinguirá la hora en que caíste
Aunque miles de voces crucen este silencio”
(Pablo Neruda-Illapu)
Para mi es un acto moral escribir estas líneas hoy. Esta fecha nunca me ha sido indiferente. Por el contrario, esta fecha tiene tanto sentido para mí, siempre me ha seguido con su sombra interminable de miedo y represión. Recuerdo las protestas en la USACH, las velatones en la Villa Portales, los caceroleos, los apagones que pasábamos a la luz de las velas, con las cortinas cerradas escuchando el diario de Cooperativa en la radio a pilas. Rodrigo Rojas y Carmen Gloria Quintana quemados vivos por Carabineros de Chile (“orden y Patria es nuestro lema”) en una protesta demasiado cerca de mi casa como para olvidar. Mi tío Carlos torturado por los marinos en Valparaíso, por el sólo hecho de pensar diferente. Víctor Jara asesinado por que su canto era un canto libre. Miles de exiliados, despojados de sus historias, de su tierra, de sus tradiciones. Miles de asesinados, torturados, violados, vejados, desaparecidos por tener ideales, por querer un Chile justo.
Llegó la democracia, la alegría, decían, sin embargo no ha habido ni democracia ni alegría para aquellos. ¿De qué sirvieron tantos muertos, tanta sangre derramada? Seguimos viviendo en un país lleno de injusticias. Por eso hay que elevar la voz y protestar este, y todos los 11 de Septiembre, por lo que pasó en nuestra tierra (no en tierras yankis), por nuestros muertos, por nuestra pena, por nuestra rabia contenida por más de 40 años. No hay que olvidar, sólo el recuerdo permanente nos ayudará. No está muerto aquél que es recordado.
VIVA VÍCTOR JARA, VIVA SALVADOR ALLENDE!!!
HASTA LA VICTORIA, SIEMPRE!!!
“aunque los pasos toque mil años este sitio
no borrarán la sangre de los que aquí cayeron
Y no se extinguirá la hora en que caíste
Aunque miles de voces crucen este silencio”
(Pablo Neruda-Illapu)