Estadio Nacional. 21:05 del
sábado 29 de octubre de 2016. Se apagan todas las luces del recinto (que, pese
a ello, se ilumina aún más con las pantallas y flashes de los miles de
smartphones encendidos para captar el momento). Aparecen unas siluetas en el
escenario, y el riff inconfundible del bajo de Duff McKagan da inicio al show.
“I see your sister in her Sunday dress”
canta Axl Rose, y el público estalla al ritmo de ‘It’s so easy’. Ahí están los Guns: Axl, Slash y Duff!!! Tan lejano
que parecía este momento, cuando recién a comienzos de este año se anunciaba su
reencuentro y posterior gira. Cuando, pendientes de todo rumor, verifiqué que
la web oficial de Guns n’ Roses se encontraba en mantenimiento, solo luciendo
el clásico logo redondo con las pistolas cruzadas, adornadas por rosas. El
mismo logo que Axl dejó de usar luego del Use your Illusion Tour, gira con la
que vinieron por primera vez a este país. De vuelta en el Estadio Nacional,
suena la poderosa y pegajosa ‘Mr.
Brownstone’ y, aunque el sonido no
es el mejor, me hace recordar aquellos años de juventud. Esos años de cassettes
grabados de la radio y del personal stereo. Canto a todo volumen junto a Axl y
a los miles que repletan el Estadio Nacional. Estamos en galería con la Mona,
en el codo nor-oriente, entre la galería que ocupa la Garra Blanca y Andes. Se
ve bien, pero lejos. No estaba en esta ubicación desde el show de Eric Clapton,
por allá por el 2001.
Llegamos como a las 7 de la
tarde, con ansiedad y alegría, con expectativas, pero con tranquilidad. El
acceso fue extremadamente expedito, y ni siquiera nos registraron al ingreso.
Hasta regalitos de los auspiciadores recibimos. Unas galletas Tritón que de muy
buena gana recibí. Quizás si estaban regalando galletas para alimentar a la
gallá, en caso que Axl se le ocurriera atrasarse. Una mala costumbre que ya era
marca registrada del cantante, hasta esta Gira, donde han comenzado sus
actuaciones con puntualidad británica. Nos acomodamos rápidamente y esperamos,
mientras veíamos cómo se iba llenando de a poco los espacios vacíos de la
cancha y de galería. Si salían tarde no nos preocupábamos, ya que el hijo
estaba bien cuidado donde una de sus tías, así que teníamos “chipe libre”.
Noche importante porque sería la primera en la que el cabro chico se quedaría
fuera de casa, sin sus padres, que ahora disfrutaban de la potencia de la
guitarra de Slash, que se luce en un solo eterno que corre paralelo a ‘Chinese Democracy’, canción del álbum
del mismo nombre, álbum donde no figuró Slash. Quizás por eso la necesidad de
crear un gran solo durante toda la canción, a modo de imprimirle su sello. Luego, Axl pregunta “You know where you are?” y el estadio se viene abajo con los
primeros acordes de ‘Welcome to the
jungle’. El sonido mejora y al parecer Axl comienza a ponerse a tono. Luego vino ‘Double talkin’ jive’, la primera del concierto del ‘Use your
Illusion’, álbum de cabecera de mi vida. El solo final de la canción nos
demuestra lo que será la tónica de la noche: ¡El show es de Slash! Corre de
lado a lado, no suelta la guitarra ni tiene tiempo para descansar. Slash
mantiene a la banda, y cubre muy bien los espacios dejados por Axl, tanto
musical como visualmente. ‘Better’
fue la segunda del ‘Chinese democracy’ en este show, ese disco que no he
escuchado más de 1 o 2 veces. Un sonido más industrial, menos Gunner, pero bien
de todos modos.
Tras cartón, uno de los mejores
momentos de todo el show, a mi parecer: ‘Estranged’.
Una de mis canciones favoritas de la banda, un lado B que no es de las típicas,
pero que acá tocaron de manera excepcional. El piano de Dizzy Reed, la guitarra
inconfundible de Slash, la voz de Axl, la atmósfera… ¡Fue todo mágico! Para mí,
uno de los puntos más altos de la noche (sino el más alto). No alcanzo a
recuperarme de la emoción cuando parte ‘Live
and let die’ y le sigue la gran ‘Rocket
Queen’. Ambos temazos, donde los GnR dan todo en el escenario y yo
agradezco infinitamente el privilegio de poder verlos en vivo. Aquella vez que
vinieron el 1992 no logré convencer a mis padres. Tenía 11 años y no hubo
manera de ir a ese show. Recuerdo buscar alguna radioemisora que lo transmitiera
y nada… Al final encontré una radio que estaba transmitiendo un show en vivo,
que luego supe era de una actuación en Japón. El show en vivo lo transmitió
completo una radio como una semana más tarde y lo grabé en 2 cassettes. Una
versión corta y editada del show fue transmitida por el canal 7 (así se le
decía a TVN en esos años), con presentación del, en aquel tiempo ñoño, Iván
Valenzuela y la, en ese tiempo joven y ondera, Katy Salosny. En fin, ya todo eso estaba en el
pasado, ya nada de eso importaba, porque ahora, aunque más viejos y cansados,
con sus cuerpos visiblemente afectados por el paso del tiempo y del carrete,
estaban aquí, ante nuestros ojos y oídos. Y se despachan ‘You could be mine’. Y todo iba re bien, hasta que Axl se pone a
hablar, y dice algo así como “One step back”. Les pide a los de cancha que se
corran un paso más atrás para no aplastar a los que están en la reja. La banda
sigue tocando la base de ‘You could be mine’ y finalmente Axl sigue con la
segunda estrofa. Slash con la guitarra roja, la misma con la que aparece en el
videoclip de la canción, se manda otro solo de aquellos.
Así llegó el momento de Duff, que
se despachó la potente ‘New rose’,
única canción del álbum de covers ‘The Spaghetti incident?’ presente en el show
de esta noche. El cabeceo infernal me pasaría la cuenta al día siguiente,
cuando no podía mover el cuello por culpa del headbanging! Se calman los ánimos
mientras tocan ‘This I love’, una
balada del ‘Chinese democracy’ que vale la pena volver a escuchar. Una balada
con todo el sello GnR. La mejor de las tres del ‘Chinese Democracy’ que
presentaron, sin duda. Le siguió ‘Civil
war’ y a cantar a todo pulmón “My
hands are tied!”, tal como la hice tantas veces en mi pieza con la
radiocassette a todo volumen, allá en la Villa Portales, hace más de 20 años. Y
pegadita vino ‘Coma’ y quedé pa’
dentro! Muy buena interpretación. Otros de los puntos altos de la noche, para mí.
Una canción larga, compleja, que la disfruté a concho. Dos joyitas del ‘Use
your Illusion I & II’, con las que ya me daba por pagado!
Y eso que faltaba harto todavía,
como el solo de guitarra de Slash con la canción del padrino, que sirve de
intro para ‘Sweet child o’ mine’. No
bien terminamos de cantar ‘Ohh, wow wow sweet child o’ mine”, y Slash ya está
haciendo de las suyas otra vez, ahora con Richard Fortus, el otro guitarrista, para despacharse ‘Wish you were here’ versión instrumental, seguida del piano de Axl
tocando el coda de ‘Layla’, de Eric
Clapton. Todo, como una larga intro para la memorable ‘November rain’, un clásico de todos los tiempos que merece ser
disfrutada abrazando a mi amada.
Así llegamos a la última parte
del show, con ‘Knockin’ on heaven’s door’
del ganador del Nobel de Literatura Bob Dylan, seguida de la poderosa ‘Nightrain’! Esa me puso de pie
nuevamente, para seguir cabeceando! “I’m on the nightrain, bottoms
up!!! / I’m on the nightrain, fill my cup!!!” Todo culmina con ‘Don´t cry’ otra de las baladas clásicas
de los Gn’R.
Después de un corto receso, vuelven al escenario
a rematar todo con ‘The seeker’, un
cover de The Who que sonó mal, para finalizar la fiesta con fuegos artificiales
y confeti al ritmo de ‘Paradise City’,
canción que destacó por la bulla general de las guitarras y la voz perdida de
Axl, que a ratos se lograba escuchar entre tanta bulla. Ya nada importa. Es el
final de la fiesta. Todos felices, todos conformes, son los Guns and fuckin’
Roses! Los míticos, los históricos, los únicos! En un concierto que tuvo altos
y bajos, canciones que sonaron mejor que otras, en fin. Los Guns nunca fueron
perfectos, ni virtuosos, pero Axl, Duff
y sobretodo Slash, aún conservan eso que los hizo ser parte de una de las
bandas más influyentes del rock n roll de los 80 y 90s, y que aún hoy, llenan
estadios y corazones.