(Viene de http://didas1980.blogspot.com/2012/03/wall-live-in-chile-pt-1.html )
Luego del intermedio de 15 o 20 minutos (no tomé el tiempo) que nos dio espacio justo para ir al baño y luchar por un par de bebidas, se escucha una voz en off que nos invita a “tomar asiento” para la segunda parte del show. Invitación que fue recibida con una risotada por parte de la audiencia en cancha, pero que nos sirvió para apurarnos y buscar ubicación para lo que se venía. Y lo que se venía era bueno.
Se apagan las luces y suenan los primeros acordes de ‘Hey you’ con Roger Waters cantando detrás de la muralla. Sin proyecciones sobre ésta, lo único que se ve son los ladrillos y se escucha la voz desgarradora de Waters “Hey you, don’t tell me there’s no hope at all / Together we stand, divided we fall” (Hey tu, no me digas que ya no hay esperanzas / Juntos nos sostenemos, divididos nos caemos). Una de las grandes líneas de esta obra.
‘Is there anybody out there?’ (¿Hay alguien allí?) nos pregunta Roger y la guitarra que toca ese tema instrumental se puede ver a través de un ladrillo que se abre. Pegadito se abre otro pedazo de pared (en realidad se despliega) y nos muestra un living, con una tele, una lámpara y Roger en el sofá canta ‘Nobody home’. ‘Vera’ y ‘Bring the boys back home’ me recordaron el show del 2007 y nos prepararon mental, física y anímicamente para lo que se vendría: ‘Comfortably numb’.
“Hello, is there anybody in there?” canta Roger delante de la pared, solo, con el micrófono en una mano. Se ve minúsculo ante ese imponente muro, donde aparece de pronto Robbie Wykoff cantando la clásica parte que originalmente canta David Gilmour, allá arriba, sobre la muralla de 14 mts. de alto. Luego aparece Dave Kilminster en otro extremo del muro tocando el solo de guitarra. Qué momento, qué sensación. Es sin duda un espectáculo para los oídos y la vista. Un sinfín de emociones que mi cuerpo no sabe cómo expresar: reír, llorar, gritar, cantar. Saco algunas fotos para capturar esas imágenes que quedarán para siempre en mi memoria. Todo esto acompañado de proyecciones sobre el muro gigante… ufff!
Con esto comienza la última parte del espectáculo, en ‘The show must go on’ el coro aparece delante del muro, y lo mismo sucede con el resto de la banda para interpretar ‘In the flesh’, con toda la simbología Floydiana, el chancho volador (esta vez de negro, con colmillos y frases escritas por todo su cuerpo, del tipo: “Quien muere de hambre muere asesinado”; “Todo estará bien, sólo sigue consumiendo”), el logo con los martillos cruzados, soldados de riguroso negro y Roger Waters con abrigo negro, anteojos oscuros y una pinta de fascista que da miedo!!! Todo esto concluye con Roger sosteniendo una ametralladora y disparando a la multitud (“If I had my way, I’d have all of you shot!” – ¡Si fuera por mi, los mataría a todos de un balazo!).
Al finalizar, Waters pregunta si hay algún paranoico en la audiencia, y le dedica ‘Run like hell’. Otro gran momento de la noche, con toda la carne a la parrilla, con proyecciones alucinantes, con un ruido ensordecedor, con todo el peso de The Wall en las espaldas. Imágenes de totalitarismo que continúan con ‘Waiting for the worms’, con la clásica marcha de los martillos a lo largo de la pared.
Finalmente llega el juicio ('The trial'). Se proyectan las imágenes animadas de la película, con el juez, el abogado, la madre sobreprotectora, el profesor de escuela, la mujer que lo abandonó y la sentencia del juez: “I sentence you to be expose before your peers. Tear down the wall!” (Te sentencio a exponerte ante tus pares. ¡Derriben la pared!)
Y el muro se derrumba!!! Ante nuestros ojos caen los ladrillos y desde ahí vuelven a aparecer los músicos para tocar ‘Outside the wall’. Roger Waters toca trompeta y luego canta junto al coro las últimas líneas de su magistral obra: "All alone, or in two's / The ones who really love you / Walk up and down / outside the wall." (Todos solos, o de a dos / Los que realmente te aman / Caminan de allá para acá / fuera del muro).
Roger Waters presenta a su banda, se despide, no sin antes saludar a los estudiantes y a la gente de Aysén (“The bleeding hearts and artists are with the students and people from Aysen”, creo que dijo, o algo así). Las luces se prenden y se acabó el show, mas la magia de ese espectáculo y el mensaje que dejó en cada uno de los 50 mil que estuvimos aquí no se acabará tan fácilmente.
Waters derribó su muro personal, y nos enseñó que los muros pueden ser derribados. Siempre habrá quienes intenten construir nuevos muros, y más grandes y fuertes, pero siempre tenemos que tener la convicción de que se pueden derribar. Tanto los muros personales, trancas, penas, desilusiones, problemas, etc… como los sociales. A derribar nuestros muros:
Tear down the wall!!!